La Ley del Control: toma el timón de tu vida o el caos lo hará por ti

Todo en tu vida mejora en el momento exacto en el que recuperas el control sobre tus pensamientos, emociones y decisiones. ¿Estás al mando o solo estás reaccionando? Aprende cómo recuperar el poder sobre tu vida aplicando la Ley del Control. No es lo que te pasa lo que te afecta, sino cómo lo interpretas y actúas.

Ley del Control
Ley del Control

Hay una diferencia abismal entre vivir y simplemente dejarse arrastrar y esa diferencia la marca una sola ley: la Ley del Control, esta ley establece que tu percepción de bienestar está directamente relacionada con el grado de control que sientes sobre tu vida; cuando pierdes ese control, pierdes también la paz, la motivación y el sentido, lo peor es que ni siquiera te das cuenta de que lo entregaste.

¿Qué es controlar realmente?

No se trata de tener todo resuelto ni de dominar cada circunstancia externa, se trata de recuperar el mando interno.  Cuando sabes que tú eliges tus pensamientos, emociones, respuestas y metas, estás en control, cuando crees que tu felicidad depende del gobierno, del clima, de tu jefe o de tu pareja, estás viviendo bajo el yugo de la Ley del Accidente… y ese es un lugar muy peligroso.

El caos nace donde no hay control

Las personas más frustradas son aquellas que sienten que su vida está en manos de fuerzas externas, dicen cosas como: “Así soy, no puedo cambiar.”... “Todo depende de la suerte.”... “No tengo opción, es lo que me tocó.”... ¿Te suena familiar? Esas frases son típicas de alguien que perdió el volante de su vida y cuando el control se va, la víctima nace.

El principio hermético que la respalda

La Ley del Control está íntimamente ligada al principio del Mentalismo: “El Todo es Mental.”

Eso significa que tu experiencia externa es el reflejo de lo que eliges pensar, sentir y creer; si no tomas control de tu mente, tus pensamientos automáticos lo harán… y créeme, no siempre son tus aliados.

Ejemplos cotidianos

En la salud: Quien se hace cargo de su nutrición, descanso y ejercicio, tiene más energía y plenitud que quien “espera no enfermarse”.

En las relaciones: Quien aprende a controlar sus emociones y comunicarse con conciencia, crea vínculos más sanos que quien actúa por impulso.

En el trabajo: El que dirige su desarrollo profesional con metas claras, inevitablemente progresa. El que “espera que lo reconozcan” vive en frustración.

Un ejercicio para ti

Hoy te invito a tomar papel y lápiz y escribir:

  • ¿En qué áreas de tu vida sientes que no tienes control?

  • ¿Cómo te sientes emocionalmente en esas áreas?

  • ¿Qué acciones concretas puedes tomar HOY para recuperar el control?


Luego pregúntate:

  • ¿Qué tipo de pensamientos estoy alimentando en esas áreas?

  • ¿Me acercan o me alejan del bienestar que deseo?


Porque aquí está la clave: Tus pensamientos generan emociones. Tus emociones dictan tus acciones. Y tus acciones definen tu vida.

Una verdad que cambia todo

Tú tienes el control… no de lo que te sucede, pero sí de cómo lo interpretas, cómo lo enfrentas y cómo decides avanzar yeso es suficiente para cambiarlo todo.

Como decía Epicteto: “No nos afecta lo que nos sucede, sino cómo interpretamos lo que nos sucede.”

Y como me gusta repetir en mis cursos: “La paz comienza en el momento en el que tomas de nuevo las riendas de tu mente.”